Existe
una base en toda especie que impide la mutación, y esta se halla en
su misma génesis. La generación hace que el ser conlleve los
caracteres esenciales de sus progenitores; pero si a dicho nuevo ser,
interviene una causa especial, donde se rompe el orden natural de la
generación, puede producirse la mutación.
El
mutante es un ser caricaturesco, que conserva algo de su especie,
pero le aparecen órganos nuevos de la especie a la que tiende.
Es
mutante, puesto que no es la especie que ostenta, ni es la especie a
la que tiende.
Aquí
no hablamos de mutantes en el orden corporal, sino en el orden
espiritual. Es nuestro espíritu una procesión de la persona, por la
cual se manifiesta el ser compuesto humano. Por estas procesiones
podemos vislumbrar, no con criterio cierto, sino aproximado, hacia
donde muta dicho “fenómeno” humano.
Para
mutar se requiere un clima especial. Para el espíritu, el caldo de
cultivo es el relativismo. Como dice el jesuita de vanguardia, Sosa
Abascal, Jesús no tenía grabador cuando hablaba, por lo tanto todo
el evangelio es relativo. Y con este evangelio relativo, la Tradición
se sujeta al relativismo.
Con
este clima especialísimo, si no se muta, es algo milagroso. Ergo
todo mutante sufre una crisis profunda de Fe dentro del relativismo
modernista.
Siempre
hubo en la Iglesia mutantes, desde los primeros nicolaítas hasta el
monje rebelde Lutero, pasando por Arrio y Nestorio. La diferencia
radica, en que estos mutantes eran expulsados de la Iglesia, se los
excomulgaba. Hoy no solo permanecen en ella, sino que han tomado los
cargos de conducción de la Barca de Pedro.
Y para
que no digan que es todo invención personal, presento a continuación
algunos católicos que nos muestran un espíritu mutante:
Mutante
de católico en araña. Nombre de la nueva especie: spiderman,
pseudo raza altamente ponzoñosa, sin moral ni vergüenza de ninguna
especie. Ataca a los seres más indefensos.
Jesuita
mutante en pentecostal, especie católico-protestante; ayer era
cardenal hoy dicen que es papa, pero afirma ser solo obispo de Roma.
Hombre de cuidado, su dialéctica misericordiosa es fatal.
Sosa
Abascal, jesuita mutante al budismo, el trigésimo primer sucesor de
San Ignacio: especie inculturada de católico-budista. Espíritu que
niega el espíritu demoníaco como hipóstasis, siendo este tan solo
una metáfora.
Obispos
chilenos, mutantes al bárbaro paganismo incaico: especie mutante
precolombina.
Mutante
perteneciente a una especie que ha logrado reducir al máximo su
cerebro: nombre jerarca-obsecuente. Especie sin ponzoña, solo
aduladora.
Especie
que ha logrado con su sola idea crear todo el cosmos, y por ende la
religión. Especie idealista-hegeliana. Especie poderosa por la
fuerza del dinero que ostenta, oriunda de los escombros de una raza
que se decía era superior.
Tal vez pueda parecer violenta la forma que lo expreso, pero más violenta es verla todos los días.
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