¡Hola Santiago!
Le escribo algo que pasó el domingo. Vine de Mar del Plata y me invitaron a quedarme el fin de semana en casa de mis anfitriones.
Decidimos a las 19 hs, aproximadamente ir a misa. Fuimos a la iglesia que le dicen "el caracol", en Quilmes.
Cuando voy a misa en Mar del Plata, puedo a veces ver cosas que no me agradan tanto, pero lo que vimos en esta iglesia, me sorprendió y no para bien precisamente.
Cuando llegamos estaban casi por comenzar con la homilía, aunque llegamos más temprano de la hora que nos habían dicho.
Lo que vimos me dolió tanto que salí casi descompuesta, dolida, enojada. Toda la misa fue un griterío, canciones, guitarra eléctrica y batería. Nos recordaba a las celebraciones evangélicas. donde todos repiten una serie de palabras, como libéranos, bendícenos, etc, etc. Aplausos después de la homilía....
Lo peor fue en el momento de la consagración, nadie se arrodilló, cantaban, aplaudían, como si estuvieran en una fiesta de cumpleaños familiar.
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