La
política es como un espacio. Dentro de este espacio, cuatro
cardenales lograron acorralar a Bergoglio, haciendo uso de sus mismos
escritos. Bergoglio goza de la libertad de un líder pero en estado
de sitio.
El
domingo se conoció un documento de 28 folios, donde hasta hoy 68 firmantes
corrigen las afirmaciones bergoglianas. Tal documento puede bajarse
en PDF desde este enlace.
Se
dijo que esta dirigencia vaticana propicia una Revolución, palabra
que no agrada a algunos, pero como me he movido mucho tiempo en la
política, aprendí que no se puede despreciar las definiciones que
algunos se dan a sí mismos, puesto que los pinta en cuerpo y alma.
Estamos
en medio de una Revolución, donde una mafia (así se llamaron),
conocedores de las debilidades de los cardenales, tomó el poder del
papado, con un plan bien orquestado.
Que la
respuesta a esta Revolución se llame contrarrevolución, puede ser
considerado posible, y es dentro de esta política donde se produce
este fenómeno de la corrección a las enseñanza “papales”.
El
documento deja en claro, que la renuncia de Benedicto XVI, no es
aceptada con toda claridad por la totalidad del catolicismo.
Entre los firmantes, hay algunos que piensan, como lo hago yo mismo,
que Benedicto XVI es el auténtico Papa.
Este
fenómeno puede verse desde varios ángulos:
1. Desde el ámbito doctrinario, dicen los bergoglianos, entre ellos
la inútil jerarquía episcopal argentina, que las enseñanzas de
Bergoglio son pastorales y no doctrinarias. He aquí la debilidad de
esta generación perdida; las acciones son siempre procesiones
de la doctrina, y cuando las procesiones cambian radicalmente sobre
un tema, como es el sacramento del matrimonio, es porque la doctrina
es otra. Esto es lo que se afirma en dicha Correctio.
Acontece,
que la doctrina católica, es una pieza de relojería divina, y donde
se cambia una pieza por otra, todo el resto del mecanismo doctrinario
entra en contradicción. Esto es lo que con acierto también afirma
la Correctio.
Quien
toma con fina ironía el tema, es Sandro Magister, donde hace incapiéen una de las frases de Bergoglio:
“Si
me equivoco corríjanme.”
Al mismo
tiempo expone los firmantes con sus respectivos cargos.
Quienes lean la Correctio, verán que se ataca el relativismo de
Bergoglio como sus escandalosas simpatías reivindicativas hacia el
monje rebelde Lutero.
2. El hecho de corregir en público, y para toda la catolicidad, a un
supuesto Papa, es un hecho catastrófico. No encuentro palabras
para definir este desastroso fenómeno, y señala la absoluta
deficiencia de quienes lo eligieron, quienes dieron por católico, a
un peronista argentino quien también era Cardenal.
3. Visto desde el espacio político el círculo del sitio, se estrecha
para Bergoglio.
4. Analizados los firmantes, son todos intelectuales de peso. Un
solo obispo firma la Correctio, Mons. Fellay, y para mí lo
hizo por tres razones: una porque no tiene nada que perder; la
segunda porque estaba al margen de todo, y esto lo introduce de algún
modo en el centro de la escena; y la tercera,
es porque no ha visto lo que en realidad sucede.
5. Nadie lleva las de ganar en este enfrentamiento revolucionario –
contrarrevolucionario. Bergoglio está sitiado, y los
contrarrevolucionarios no quieren forzar ciertas consecuencias que se
vislumbran como inevitables, como es la del cisma. De allí el
delicado tratamiento de la Correctio.
6. Los cardenales de peso político, prefirieron mantenerse al margen.
Es indudable que juegan al desgaste de un Bergoglio, quien cada día
está más erosionado por los vientos de la verdad. Dijimos en otros artículos, que este papado, está ya agotado; solo se mantiene en pie
por el voluntarismo de un autócrata, quien cada día manifiesta su
lamentable falta de sentido común.
7. Es indudable que detrás de los intelectuales firmantes, están
obispos y cardenales que aprueban la maniobra y se reservan para
una actuación definitiva cuando las circunstancias lo hagan posible. Estos prelados usan la táctica de la legión romana: poner en primera fila a los novatos, reservando para los veteranos la última fila.
A
todo esto, ¿cómo vio el mundo este fenómeno?
1. Son todos unos blogueros, dijo alguien tratando de
minimizar el impacto. Notemos el pésimo análisis que hacen del
hecho, algo propio no solo en quienes carecen de capacidad de
pensamiento, sino que sus falencias son siempre su fuerte
periodístico.
2. Son una minoría, dijeron otros. Esta es la fuerza
del mundo. Para las tinieblas, lo importante es la cantidad, de allí
la pregunta que se nos hace: ¿cuántos son ustedes? El número
marca para el mundo oculto en tinieblas, la verdad del hecho.
Acontece, que en esta guerra cósmica entre Luz y Tinieblas, basta
con que solamente uno encienda la Luz, para que las tinieblas
comiencen a disiparse. De allí que nuestra lógica no es la del
mundo, y no necesitamos de la cantidad, como tampoco salimos
corriendo, como hacen ellos, para tapar la Luz que se filtra por
alguna rendija.
Hoy nos enteramos que desde los ordenadores del
Vaticano, no se puede acceder al sitio www.correctiofilialis.org,
donde está disponible el documento en cuestión, y entre quienes
afirman esto, se encuentra el Corriere della Sera.
Como se
puede observar, es indispensable tapar los lugares por donde se
filtra la Luz.
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