George
Neumayr, quien es editor de Catholic World Report y periodista
crítico del California Political Review, acaba de editar un
libro: The Political Pope.
Maike
Hickson lo entrevistó, y su diálogo completo con el autor, puede
leerse desde aquí.-->
Marco
Tosatti hace una síntesis de dicha entrevista, la cual puede verse
desde este otro enlace.-->
Como
era de esperarse, estamos ante otro intelectual que se suma a la
crítica de este monstruoso papado, producto de la génesis del
ambiente clerical argentino del 60-70. Una generación clerical
perdida y llena de lagunas teológicas, la cual arrastra aún en la
actualidad, los vicios de acción que tal laguna generó; todo un
panorama que podemos sintetizar, como el gran fruto que nos dejó el
triste Vaticano II.
He
aquí algunos puntos de su entrevista:
El
programa de Francisco ha sido implantado evidentemente para promover
el liberalismo político y al mismo tiempo reducir al mínimo la
doctrina; esta era la fórmula del catolicismo vacío y de moda que
vi en la vidriera de la Universidad de los Jesuitas en San Francisco.
Si
Neumayr lo vio, ¿qué podemos decir lo que lo hemos erróneamente
practicado en un momento de nuestra vida? ¿Acaso erramos cuando
decimos que Bergoglio es un fósil de la década del 60? Junto a los
años 70, estaban estas décadas plagadas de una postmodernidad
aplastante, que giraba sobre el Telar Chardón 1,
jesuita modernista de vanguardia, que con su filosofía evolutiva,
otorgó una forma de pensar a los prelados que buscaban
desesperadamente una nueva cosmovisión integrada con lo religioso.
Este es el lazo que unió a Martini con Bergoglio: ambos pertenecían
fervientemente a la generación perdida.
Afirma
Neumayr que trató de informarse sobre Bergoglio con muchos
eclesiásticos y que todos opinaron pero ocultando sus nombres. Algo
que hemos llamado en nuestros artículos, el “terror seco”
de esta Revolución Vaticana. De sus consultas en la clandestinidad
con los prelados, llega el autor a esta tesis:
La
conclusión es innegable que la Iglesia Católica está sufriendo
bajo un mal Papa, y que los cardenales deben hacer frente a esta
crisis.
Es lo
que venimos planteado en los artículos anteriores, que esto merece
una intervención de quienes tienen autoridad para hacerlo; donde
parece que no se tienen agallas ni responsabilidad alguna, para
enfrentar la situación crítica que ellos mismos generaron.
Sin
embargo el título del libro hace mención a la política papal, y
allí el autor da los motivos:
Este
pontificado es un ejemplo flagrante de clericalismo fuera de control.
El Papa Francisco utiliza el púlpito del papado no para presentar
las enseñanzas de la Iglesia, sino, más bien, para promover su
propia agenda política.
Estamos
ante una suerte de resurrección del Papado medieval, donde se
combinaba el orden temporal con el orden espiritual. La diferencia
entre lo medieval y Bergoglio, es que mientras muchos papas
medievales defendían la doctrina, esta resurrección de la bestia
del orden temporal, la oculta y suprime.
La
tentación de intervenir, para ejercer directamente el orden
político, ha sido siempre una de las tentaciones de la Iglesia; sin
mas consideraciones, fue una de las tentaciones que rechazó
Jesucristo en el desierto.
Y esta
es la definición del autor, que a mi entender, es la más acertada
de lo que estamos viviendo:
Es
un pontificado que combina liberalismo político con relativismo
doctrinal y moral, el cual está de acuerdo con su política de auto
indulgencia. También aman un toque de espiritualismo no amenazante
para su política, ofrecida por el aficionado jesuita de América
Latina.
Bergoglio,
el fósil, es la domesticación mejor elaborada, que se ha logrado
hacer con la doctrina de la Iglesia. Algo espiritual, pero que no
moleste la política de conjunto, la cual lleva a la sociedad a una
liberalidad siempre más destructiva.
Si se
observa, la portada web de uno de los periódicos más vendidos en la
Argentina, se notará que siempre aparece un artículo sobre
espiritualidad; pero este artículo siempre está desencajado de lo
que sucede, y al margen de toda una ideología oculta que dicho
periódico predica, pues su unidad con los dogmas de esta mortífera
civilización, es más que evidente.
Marco
Tosatti, concluye su artículo diciendo sobre sobre el autor:
Neumayr
nació en 1972. Dice sobre sí mismo, pertenecer a aquella generación
de católicos que "pidió pan y recibió piedras".
1
Jocosa interpretación del nombre Teilhard de Chardin del Padre
Castellani.
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