Calesita

jueves, 11 de mayo de 2017

The Political Pope.


George Neumayr, quien es editor de Catholic World Report y periodista crítico del California Political Review, acaba de editar un libro: The Political Pope.
Maike Hickson lo entrevistó, y su diálogo completo con el autor, puede leerse desde aquí.-->
Marco Tosatti hace una síntesis de dicha entrevista, la cual puede verse desde este otro enlace.-->
Como era de esperarse, estamos ante otro intelectual que se suma a la crítica de este monstruoso papado, producto de la génesis del ambiente clerical argentino del 60-70. Una generación clerical perdida y llena de lagunas teológicas, la cual arrastra aún en la actualidad, los vicios de acción que tal laguna generó; todo un panorama que podemos sintetizar, como el gran fruto que nos dejó el triste Vaticano II.
He aquí algunos puntos de su entrevista:
El programa de Francisco ha sido implantado evidentemente para promover el liberalismo político y al mismo tiempo reducir al mínimo la doctrina; esta era la fórmula del catolicismo vacío y de moda que vi en la vidriera de la Universidad de los Jesuitas en San Francisco.
Si Neumayr lo vio, ¿qué podemos decir lo que lo hemos erróneamente practicado en un momento de nuestra vida? ¿Acaso erramos cuando decimos que Bergoglio es un fósil de la década del 60? Junto a los años 70, estaban estas décadas plagadas de una postmodernidad aplastante, que giraba sobre el Telar Chardón 1, jesuita modernista de vanguardia, que con su filosofía evolutiva, otorgó una forma de pensar a los prelados que buscaban desesperadamente una nueva cosmovisión integrada con lo religioso. Este es el lazo que unió a Martini con Bergoglio: ambos pertenecían fervientemente a la generación perdida.
Afirma Neumayr que trató de informarse sobre Bergoglio con muchos eclesiásticos y que todos opinaron pero ocultando sus nombres. Algo que hemos llamado en nuestros artículos, el “terror seco” de esta Revolución Vaticana. De sus consultas en la clandestinidad con los prelados, llega el autor a esta tesis:
La conclusión es innegable que la Iglesia Católica está sufriendo bajo un mal Papa, y que los cardenales deben hacer frente a esta crisis.
Es lo que venimos planteado en los artículos anteriores, que esto merece una intervención de quienes tienen autoridad para hacerlo; donde parece que no se tienen agallas ni responsabilidad alguna, para enfrentar la situación crítica que ellos mismos generaron.
Sin embargo el título del libro hace mención a la política papal, y allí el autor da los motivos:
Este pontificado es un ejemplo flagrante de clericalismo fuera de control. El Papa Francisco utiliza el púlpito del papado no para presentar las enseñanzas de la Iglesia, sino, más bien, para promover su propia agenda política.
Estamos ante una suerte de resurrección del Papado medieval, donde se combinaba el orden temporal con el orden espiritual. La diferencia entre lo medieval y Bergoglio, es que mientras muchos papas medievales defendían la doctrina, esta resurrección de la bestia del orden temporal, la oculta y suprime.
La tentación de intervenir, para ejercer directamente el orden político, ha sido siempre una de las tentaciones de la Iglesia; sin mas consideraciones, fue una de las tentaciones que rechazó Jesucristo en el desierto.
Y esta es la definición del autor, que a mi entender, es la más acertada de lo que estamos viviendo:
Es un pontificado que combina liberalismo político con relativismo doctrinal y moral, el cual está de acuerdo con su política de auto indulgencia. También aman un toque de espiritualismo no amenazante para su política, ofrecida por el aficionado jesuita de América Latina.
Bergoglio, el fósil, es la domesticación mejor elaborada, que se ha logrado hacer con la doctrina de la Iglesia. Algo espiritual, pero que no moleste la política de conjunto, la cual lleva a la sociedad a una liberalidad siempre más destructiva.
Si se observa, la portada web de uno de los periódicos más vendidos en la Argentina, se notará que siempre aparece un artículo sobre espiritualidad; pero este artículo siempre está desencajado de lo que sucede, y al margen de toda una ideología oculta que dicho periódico predica, pues su unidad con los dogmas de esta mortífera civilización, es más que evidente.
Marco Tosatti, concluye su artículo diciendo sobre sobre el autor:
Neumayr nació en 1972. Dice sobre sí mismo, pertenecer a aquella generación de católicos que "pidió pan y recibió piedras".



1 Jocosa interpretación del nombre Teilhard de Chardin del Padre Castellani.

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