Nuevamente
el insólito Bergoglio, continúa con sus declaraciones, como la del
18 de junio en la Universidad Villa Nazareth [que] fueran ocultadas
por la prensa. Las pronunció en una sesión de preguntas y
respuestas frente a una larga audiencia compuesta mayormente por
hombres y mujeres jóvenes. 1
Como
es costumbre, sus declaraciones se filtran en el Vaticano por los
dolores de cabeza
que producen. Esta fue descartada. Por lo tanto aquí aludimos a lo
visto en este sitio: Youtube, Visit to the Villa Nazareth University
College – 2016.06.18. Sus afirmaciones aparecen luego de 1:17:30.
Seguimos en parte la publicación de Rorate
Cæli
en castellano, quien en su artículo
se introduce resumiendo la noticia de este modo:
El
sábado por la tarde, el papa Francisco visitó la Villa Nazareth en
el barrio Pineta Sacchetti de Roma. La Villa Nazareth fue fundada en
1946 para huérfanos y niños pobres, para otorgar oportunidades
educativas a los menos privilegiados. Hoy, la Villa Nazareth ayuda a
los jóvenes que experimentan dificultades económicas y demuestran
un gran potencial intelectual. Les ofrece un programa de formación e
inspiración cristianas, informa la Radio Vaticana. El carisma de la
institución, su misión, es promover un “diaconado de cultura” y
formar personas que puedan ser ejemplos a seguir en la sociedad como
testigos morales. En su visita, el Papa fue acompañado por el
arzobispo Claudio Maria Celli (…).
Y
detalla luego entre otras las siguientes declaraciones:
A
los cristianos que “no han experimentado una crisis de fe les falta
algo”. “En muchas ocasiones me he encontrado a mí mismo en una
crisis de fe. Algunas veces he cuestionado a Jesús y he dudado. ¿Es
esto verdad? ¿Es un sueño?” Esto ha ocurrido cuando era “un
niño, un seminarista, un religioso, un sacerdote, un obispo e
incluso ahora [que es] Papa”
LO
QUE SALE DEL CORAZÓN. – Todas las
declaraciones bergoglianas gozan de ciertos calificativos:
marketineras e irresponsables, llegando en algunos casos, hasta lo
herético. Pero es necesario poner estas precisas declaraciones en su
justo límite, para no ir más allá tal como hace él, ni restarles
importancia como hacen muchos, o decir que no existieron como hacen
los ciegos y mentirosos.
Bergoglio
hace un camino hacia la modernidad, camino que ya hice; por eso
mientras él está de ida, yo, por la gracia de Dios, ya estoy de
vuelta.
UNA
MODA DEL MOMENTO. – Era de buen
gusto en la década del 70, hablar ante algunos interlocutores, de
dudas en la fe. Eso daba prestigio, holgura, y atraía la simpatía
de los presentes. Daba fueros intelectuales. Es lo mismo que hace
Bergoglio en este ámbito. Al que no tiene dudas en la Fe, “le
falta algo”. Se lo debe
comprender, no ha podido evolucionar: vive una fe empantanada en la
tonta y mediocre modernidad del 70. De allí que en esos años,
afirmar que se tenían dudas en la Fe, era poseer algo
más que el resto.
EL
TRISTE EJEMPLO DE MARTINI. – El
Cardenal Martini, quien nunca pudo superar la década del 60,
afirmaba antes de morir en la páginas del Corriere de la Sera:
Pero
la concepción que el Dios de Jesucristo, me da sobre la vida, y
sobre la muerte, sobre el sentido de la vida humana y sobre la
eternidad me satisface y me alimenta, aún cuando estoy
luchando con alguna dificultad para creer.
2
Este
era el jesuita Martini, uno de los líderes de la conspiración de
San Gallo, para quien la Iglesia llevaba un atraso de tan
solo 200 años.
Como
se comprueba, la duda era de buen gusto en dichos años, y lo sigue
siendo para los inmóviles que no han podido superar esa triste moda.
EL
MÉDICO ENFERMO. – Lógicamente,
¿alguien puede imaginarse a San Pedro escribiendo a los romanos:
...me he encontrado a mí mismo en
una crisis de fe ?
¿Alguien
puede imaginarse a San Pablo escribiendo a los Corintios: Algunas
veces he cuestionado a Jesús y he dudado ?
En
tales casos, la respuesta tanto de los romanos como de los corintios
hubiese sido unánime:
Médico,
cúrate a ti mismo. Si tienes dudas en la fe, ¿qué Fe predicas? No
estás capacitado a predicar la Fe de Jesucristo.
LA
DUDA QUE GENERA EL SER. – Volvamos
a poner estas declaraciones en su ámbito. Esta es la modernidad y
merece una reflexión especial. La modernidad nace de la duda, más
aún, de la duda metódica.
Dubito,
ergo cogito;
cogito,
ergo sum. 3
No se
puede ir a la modernidad sin dudar. Es la duda quien genera la
existencia, por lo tanto se es, porque se duda. Llevemos esto al
ámbito de los modernistas: Tengo dudas en la fe, ergo soy un buen
católico. Parece un absurdo, pero el modernismo es la civilización
del absurdo.
LA
IGLESIA DEL DIÁLOGO. – Volvamos a
la situación contextual, y agreguemos otra arista del ámbito para
encuadrar estas afirmaciones.
Esta
es una iglesia que no enseña, pues desde el Vaticano II optó por
dialogar. Si se dialoga, no se enseña. De allí la duda. Si no se
duda, no se puede dialogar. La enseñanza es fundamentalismo puro, de
acuerdo con el pensamiento bergogliano ya expresado:
Dios
mismo nos invita al diálogo, nos llama y nos convoca por medio de su
Palabra, aquella Palabra que abandonó todo nido y reparo para
hacerse hombre. 4
CUANDO
EL DEMONIO TIENTA. – La cuarta
arista de la duda bergogliana, la obtenemos en la segura tentación
del demonio. Dicen que Bergoglio es jesuita, personalmente dudo que
en realidad lo sea, y dudo como él me enseña a dudar. Los jesuitas
hablan mucho de discernimiento, en sus fáciles palabras, surgidas en
el ámbito del infraconsciente, se percibe que no otorga la menor
posibilidad a esta arista de la duda. Neomoderno hecho y derecho. Por
ello con acierto afirma Rorate Cæli:
Muchos
buenos católicos, incluso algunos santos, han tenido que enfrentarse
a intensas pruebas de fe, o han estado verdaderamente perplejos ante
dificultades y dudas sobre la fe, o han percibido un profundo
abandono (no real) de Dios, o han clamado a Dios en presencia de
tanta maldad en el mundo, o han caído quizás en la duda real –
arrepintiéndose luego–.
EL
FIN DEL CAMINO. – Como ya dijimos,
el modernismo por momentos se nos presenta, como la civilización del
absurdo, idéntica a la concepción bergogliana de la Fe. Esta
concepción es un camino, que quienes ya lo recorrimos, sabemos que
tiene un solo final: perder de la Fe. Camino que puede ser sin
retorno.
Por
esta causa, quien como Bergoglio duda de la Fe, “le
falta algo”: se llama Fe.
NEFASTAS
CONSECUENCIAS. – Estas
declaraciones irresponsables, superfluas, y mediocres traen feroces
consecuencias:
1.
Bergoglio no ha evolucionado en su
concepción, desde la triste década del 70.
2.
Bergoglio no me puede enseñar nada.
Quien duda, no puede enseñar; y si enseña, miente. El diálogo, que
se lo guarde en Santa Marta para engañar a sus amigos iconoclastas,
ya sean judíos, protestantes o musulmanes.
3.
Al renunciar a la enseñanza por decisión propia, de nada vale el
cargo que se ocupa, y todas sus
órdenes puede pasar al ámbito de lo arbitrario;
motivo por el cual no me siento obligado a obedecer, más aún cuando
hacemos un camino invertido a sus enseñanzas manchadas de duda.
Muchos
han propuesto para este miembro activo del consulado
papal, distintas recetas.
Permítaseme romper algunas de ellas: Bergoglio no necesita un
sínodo, ni un psiquiatra, ni un petitorio firmado para que renuncie.
Bergoglio necesita un exorcismo.
1
Las palabras subrayadas fueron tomadas de
http://adelantelafe.com/importante-francisco-ocasiones-me-encuentro-una-crisis-fe-incluso-papa-niega-haya-genocidio-cristianos-oriente-medio/
2
Corriere della Sera, 26 de Julio de 2009.
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