5 de mayo de 2015. – Una imagen vale más que mil palabras, analicemos la pintura central en el Pabellón del Vaticano, en la Expo Milano 2015. No estamos hablando de un fresco de Miguel Ángel, ni de Rafael, ni mucho menos de Botticelli; estamos hablando de una obra de arte, digna de un neocatólico, de esos que no sabemos lo que buscan.
ANALIZANDO
LOS ELEMENTOS. – En la pintura nos hallamos ante dos ángeles,
el del este y el del oeste. En el este se observa la luz del día
casi llegando al borde inferior del cuadro, su ángel es luminoso; en
el oeste, se perciben las tinieblas de la noche, y cambia en púrpura
o violeta el vestido del ángel. No podemos tomar el ángel del oeste
como un ángel de las tinieblas, pues su aureola nos indica que vive
en la luz. La luna sobre su cabeza, en fase menguante, con la luz
dividida en dos, señala la noche; en el hemisferio opuesto en
diagonal, nuevamente la luna en fase creciente, también con dos
pinceladas fuertes de luz, todo parece indicar el hemisferio del día.
Los
ángeles poseen una manivela cada uno, pues hacen rotar el universo,
movimiento indicado por cuatro rayos lumínicos encorvados, que
señalan una rotación de acuerdo con el movimiento de las agujas del
reloj. La manivela posee un enganche en las esferas celestes, que
indican el día en el este y la noche en el oeste.
Ambos
ángeles están dentro de un primer círculo luminoso, que representa
los seres espirituales.
Estos
ángeles hacen rotar las esferas celestes. Dichas esferas
imaginarias, fueron ideadas por Eudoxo de Knidos (390 AC – ca. 337
AC), en ellas están incrustados los astros cuyo movimiento se da,
según esta teoría, por dichas esferas celestiales.
Todos
los filósofos se basaron en esta teoría de las esferas celestes, de
allí que Aristóteles, Ptolomeo y Averroes hablaron de ella.
Copérnico modificó el esquema al poner en el centro de las esferas
al sol en vez de la tierra, cosa que vemos reflejado en la pintura,
siendo su centro luminoso.
El
artista se hace eco del sistema planetario moderno, donde incluye
dentro de las esferas celestes, 13 globos, suponemos que aquí
hallamos los planetas, junto a los planetas enanos recientemente
descubiertos y donde también incluye a Ceres.
Al
borde de las esferas celestes donde los colores se hacen cada vez más
fríos, aparecen cuatro signos del zodíaco, indicando el movimiento
de las estrellas: Estos signos son: Al Norte, Capricornio; al sur se
encuentra Cáncer; al este, Libra y al oeste, Aries .
Empédocles
(493-433 A.C.) afirma que la Naturaleza está toda formada por cuatro
elementos que constituyen la base material y eterna del mundo:
tierra, fuego, aire y agua. Es lo que vemos en la pintura,
Capricornio es la tierra, Cáncer es el agua, Libra es el aire y
Aries el fuego.
Estos
elementos se mueven por dos fuerzas primitivas, de aquí los dos
ángeles. Para Eudoxo de Knidos estas fuerzas eran el amor y el
odio.
El
hombre se halla en el centro del universo, cubriendo el sol, de allí
el antropocentrismo de la pintura; pero dicho hombre se halla en
posición de amar. Tanto el hombre como la mujer están de espaldas a
nosotros, pues cada uno de nosotros se refleja en ellos que ven el
universo.
CLASES
DE AMOR. – En griego se distinguen cuatro clases en la acción
del amor: El amor matrimonial (εράω),
del que proviene el Eros o el mitológico dios del amor; el amor
entre padres e hijos (στέργω);
el amor entre los conciudadanos y amigos (φιλέω),
que indica el amor de amistad, y el menos usado (αγαπάω).
El cristianismo usará este verbo para indicar el amor que Dios nos
tiene, por cuyo motivo dirá San Juan Dios es agápe, (αγάπη),
o Dios es amor. 1
EL
AMOR DIVINO. – El amor divino no es el amor de eros o erótico,
sino amor de ágape, es un amor preexistente al hombre mismo, es un
amor divino que como Luz se irradia al hombre, esta es la Vida del
hombre. Es el amor de creación que da origen a los seres como fruto
de la bondad de Dios. Esta vida divina, este amor de ágape que se
hace efectivo en la cena sin día ni noche, es la sangre que se
devuelve gota a gota por toda la eternidad, es el amor con el cual se
ama a Dios, es la gloria que se le tributa eternamente, pues no fue
en vano.
EL
AMOR EN LA PINTURA. – ¿Pero qué amor refleja la pintura? De todos estos posibles amores, solo contemplamos el
amor erótico, el amor de Eros.
¿MUNDOS
PARALELOS? – Todo el conjunto que hemos analizado forma el
universo, pero el artista desliza otra atrevida teoría, donde este
no es el único de los universos, sino que existen otros paralelos a
este; esto lo percibimos por las tres esferas luminosas en su centro,
sobre noreste de la pintura; otra sobre el noroeste, una entre el
ángel de la noche y el universo, otra cerca del ángel en el
sudoeste y entre las plantas de adorno de nuestra derecha se percibe
otra.
EL
CRIPTOGRAMA DE LOS NÚMEROS. – Todo el conjunto, trabaja con el
número 2 de base: Dos ángeles, día y noche, sol y luna, dos
fuerzas que mueven el universo, dos sexos en el eros. Al 2 se
le suma otro 2, y así tenemos los cuatro elementos y los puntos
cardinales. Al cuatro se le suma otro 2 y así obtenemos las 6 esferas
celestes rotando. ¡Genial! Obsérvese: 2 + 2 + 2, la tríada hasta
llegar a 6. El número 2, es un número demoníaco, pues no es la
unidad, el 1; ni la trinidad, el 3. Y si para estos números faltaba
algo, es el 13 de los astros incrustados, el número de las logias masónicas.
LA
AUSENCIA DEL DEMONIO. – El mal, el demonio, no figura en la
pintura, tan solo está presente encriptado en la numerología.
LA
INCULTURACIÓN DESESPERADA. – He aquí la New Church, la Nueva
Iglesia, producto de la miseria de la Nueva Teología, con su
heliocentrismo antropocéntrico y un erotismo manifiesto. ¿Qué más
se le puede pedir a esta inculturación desesperada de la Expo Milano
2015, donde estos jerarcas vaticanos se gastaron la friolera cifra de
3,6 millones de euros? Hay plata para todo. Lo cual no es problema,
Bergoglio nos distraerá con sus viejos zapatos, ajustados en la
última zapatería de Buenos Aires y seguiremos mirando los zapatos.
LA
SALIDA A LAS PERIFERIAS. – ¿Esta es la Nueva Iglesia que sale
a las periferias? Las periferias estaban en las calles de Milán,
rompiendo absolutamente todo lo que encontraban a su paso, la
iglesia, estaba dando cátedra,... ¿de qué?
Julio
Algañaraz en el matutino Clarín, afirma que el Vaticano "quiere
concentrar la atención de los visitantes en la fuerte importancia
simbólica de la operación del nutrir".
Si
Algañaraz está en lo cierto, ¿dónde está la operación de
nutrir en la pintura?
TÉCNICAS
DE ENSEÑANZA. – Recuerdo en
mis años de infancia, se nos enseñaba el Catecismo Romano por medio
de láminas diseñadas, tal como se hacía en el Medio Evo. Luego
vino el Vaticano II con sus intelectuales, se quemaron las láminas y
empezaron a leer la Biblia, ¡por fin habíamos entrado en la
modernidad! Esta lámina, del nuevo catecismo, da su nuevo anuncio al
mundo. ¡cuántas cosas nos enseña! Notemos algunas:
1.
Como ya hemos dicho, ausencia del demonio, y de sus fuerzas
maléficas.
2.
El amor cristiano, dejó de ser ágape, para hacerse erótico.
3.
El centro del universo no es de Cristo, sino del hombre, como decía
mi viejo profesor de Teología: Haciendo antropología, hacemos
teología.
4.
Ausencia absoluta de todo mensaje cristiano.
¿Esta
es la salida a las periferias? ¿Este es el afán misionero? ¿Este
es el anuncio cristiano en la fuerte
importancia simbólica de la operación del nutrir ?
Esta es la forma, como una Iglesia se vacía de contenido.
11
Juan 4,8.
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