Existen
algunos que no pueden mostrar lo que escribieron hace algunos años,
pues notaríamos como se equivocaron en el análisis de la realidad
que los circunda. Existe uno en especial, que cada tres o cuatro años
borra su página y comienza de cero, pues el pobre hombre es una suma
atroz de desaciertos, de más está decir, que un libro suyo, al año
es obsoleto.
Por mi
parte, puedo mostrar lo que he escrito en años anteriores, y doy
gracias a Nuestra Señora, porque no me dejó errar.
Dejo
un artículo que escribí el 3 de abril de 2013 haciendo un
pronóstico de lo que sería el seudopapado de Bergoglio. Lo
reproduzco a continuación, con algunos pequeños arreglos, para
hacer por último una actualización del mismo.
Los
resultados están a la vista. Bergoglio actúa en total soledad,
o acompañado por su propio demonio. No se puede explicar su
accionar, de otro modo. Soledad, a la que siempre llama sorpresa del
Espíritu Santo. Para él serán sorpresas, como afirmar que se
cierra una congregación religiosa, porque “rezan mucho”.
Sorpresas que para nosotros son locuras inéditas.
Otro
resultado son las concupiscencias que no se combaten. La del
sexo, "hominum divomque voluptas"; y la del dinero,
"auri sacra fames". Tan solo la autorreferencialidad
es tenazmente perseguida, ingresando en la escasa ciencia humana, que
perfila aventuradas hipótesis, sobre una tierra que es devorada por
la falta de cuidado en el hombre. Descuido este, que sin prestar a la
Divina Providencia la mínima atención, pasó a ser el primer pecado
del nuevo decálogo.
Por
último, gracias cardenales por darnos al hombre que cambió la
Iglesia, que mutó a Jesucristo en un simple Jesús, que trastocó la
moral y que permanentemente nos ataca en forma solapada.
Que
Dios no se los pague.
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