Calesita

jueves, 9 de agosto de 2018

Vade retro Moloch!


Los hijos internacionales de Moloch, el dios al que los cananeos sacrificaban los recién nacidos, o como afirma las Escrituras, al que hacían pasar sus hijos por el fuego (Cfr Deuteronomio 18,10), sufrieron una derrota, la cual fue posible con la oración y con la ayuda de Nuestra Señora.
Estos son los que venían a liberarnos de las supersticiones atávicas. Ahora cayeron en ella, y quieren que los hijos no deseados se inmolen al dios Moloch, o como lo llaman ellos, al aborto.
La herencia que da el Señor son los hijos; su salario, el fruto del vientre: Son saetas en manos de un guerrero los hijos de la juventud. Bienvanturado el hombre que llena con ellas su aljaba: no quedará derrotado cuando litigue con su adversario en la plaza. (Ps. 127)
La herencia del Señor son los hijos, herencia que los seguidores de Moloch ordenan pasar por el fuego.
Como dice el Salmo, los que amaron la vida no fueron derrotados en la plaza; pero la guerra continúa.
Macri, un traidor más, se reveló en su carrera política como un dialoguista, tal como lo ordena hacer Bergoglio. Pero existen diálogos que matan, porque sobre verdades sensatas y fundamentales, no debe existir diálogo de ningún tipo, como el que autorizó para legalizar el aborto. Después de este suceso, la vida política argentina ya es otra.
Aquí hay vencedores y hay vencidos, y los vencidos son las potencias ateas que operan en las sombras y que han invertido gran capital en hacer de la Argentina la proa sudamericana, del utópico mundo que ellos imaginan. La Argentina luego de este episodio, ya no será la misma, puesto que el centro de gravedad de la política no será la economía ni la ideología, sino la misma vida.
Una vez más se ha demostrado, que desde la oración, otra Argentina es posible.



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