Calesita

Los Cuatro Principios Activos del Cardenal Bergoglio

Fortunato Depero, (1892-1960) Case Alpestre (1019)

Sandro Magister escribe el 19 de mayo de 2016:
¿Cuál es el criterio rector del papa Francisco, de su magisterio líquido, jamás definitorio, deliberadamente abierto a las interpretaciones más contradictorias? 1
En su artículo, se explaya sobre las ideas que rigen el accionar bergogliano, allí se basa en un artículo que puede leerse en su idioma original, en el bloque de "Querculanus", y escribe diciendo que el autor es...
...el padre Giovanni Scalese, de 61 años de edad, barnabita, desde el 2014 jefe de la misión "sui iuris" de Afganistán, único puesto de avanzada de la Iglesia Católica en ese país, donde también desarrolla roles diplomáticos como secretario de la embajada de Italia.
Además de misionero en India y en Filipinas, y asistente general de la orden de los Barnabitas, el padre Scalese fue profesor de filosofía y rector en el Colegio alla Querce, de Florencia.
De este colegio él tomó para sí el nombre "Querculanus", con el cual firma las reflexiones que confía a un blog … 2
Scalese critica las ideas de acción bergoglianas. ¿Pero qué son, estas ideas? ¿Cuál es el término filosófico para catalogarlas? Dice Scalese:
Ahora bien, un "axioma" es "un principio general evidente y demostrable que puede actuar como una premisa para una discusión, una teoría y similares." (Zingarelli), definición que no me parece que se adapta a los cuatro principios en cuestión. Personalmente creo que pueden ser considerados "postulados" (de acuerdo con Zingarelli, el postulado es "una proposición carente de pruebas y no demostrada, pero igualmente admitida como verdadera en cuanto necesaria para establecer un proceso o una demostración.")
La designación de tales principios como "postulados" no puede considerarse arbitraria, desde el momento que se refleja en el mismo Evangelii Gaudium: "es necesario postular un principio" (n 228.); "sucede postular un tercer principio" (n. 231). 3
EXPONIENDO SUS IDEAS. – Para ser lo más objetivo posible, analizaré sus ideas siguiendo la forma que las explayó. Bergoglio comenzó hablando en Buenos Aires, de cuatro principios. Pedirle rigor filosófico, es como pedirle peras a un olmo. Es un pragmático. Así este porteño enseñaba sus bases en Buenos Aires:
Enunciaría cuatro principios fundamentales: El tiempo es superior al espacio, la unidad es superior al conflicto, la realidad superior a la idea, el todo es superior a la parte. 4
1. Primera idea:
El tiempo inicia procesos y el espacio los cristaliza. Por eso cuando la madre de los hijos de Zebedeo le dice a Jesús: Mirá, te quiero pedir un favor: que mis dos hijos estén uno a la derecha y el otro esté a la izquierda, o sea, que en el reparto les de un pedazo grande de la pizza -uno a uno y otro al otro-, le está pidiendo un espacio. Y el Señor le responde: No, el tiempo. ¿Van a poder llegar donde yo llegué, van a poder sufrir lo que yo sufrí? (Cf. Mc.10, 35-40; Mt. 20, 20-23) Es decir, le marca el tiempo. El tiempo siempre es superior al espacio. Y en la actividad ciudadana, en la actividad política, en la actividad social es el tiempo el que va rigiendo los espacios, los va iluminando y los transforma en eslabones de una cadena, de un proceso. Por eso, el tiempo es superior al espacio. Uno de los pecados que a veces hay en la actividad socio-política es privilegiar los espacios de poder sobre los tiempos de los procesos. Creo que quizá nos haga bien a los argentinos pensar si no es el momento de iniciar procesos más que poseer espacios. 5
Crítica al primer principio-postulado:
La hermenéutica bergogliana, como de costumbre, peca de subjetivismo. Pues la Madre de los Hijos del Zebedeo pide un espacio pero dentro de un tiempo:
Concédenos, ..., que en tu gloria, nos sentemos el uno a tu diestra y el otro a tu siniestra. (Marcos, 10,37)
Si este es el principio, axioma o postulado más importante, el mismo se desploma con una sola pregunta: ¿Cómo podemos generar procesos si no tenemos un espacio? Aquí existe toda una historia que procede contra esta estupidez:
Lo desmiente Alejandro Magno, quien puso en marcha el proceso de la helenización, después que puso de rodillas al imperio persa, sin poseer este espacio la helenización hubiese sido imposible.
Lo desmienten todas las revoluciones, que en sí mismo son procesos; pero para ponerse en marcha tienen que tomar el espacio del poder.
Lo desmiente esta revolución vaticana, cuyo proceso se pudo en marcha en San Gallo, pero para efectivizarse, se tuvo que subir a Bergoglio, de algún modo al papado activo.
PROFUNDIZANDO EL TIEMPO-ESPACIO. – Entrando en detalles, digamos que el hombre es semejante a Dios; es un ser finito, y de esta misma finitud le viene el ser icono de Dios. Los seres finitos tienen un límite por su misma finitud, esto hace que exista entre ellos un espacio.
El ser humano como finito, busca lo infinito, pues para ello fue creado, esto hace que busque la perfección, por lo tanto su vida lo impulsa a tener más vida, esto hace que se mueva, es decir que proceda.
¿Qué es el tiempo? Una procesión del ser finito. Tanto espacio como tiempo son de disímil origen. El ser finito es quien une espacio y tiempo en su existencia. Significa que pretender una superioridad de uno sobre otro, o que uno es más importante que otro, es una pretensión fuera de toda realidad objetiva.
2. Segunda idea: Dice Bergoglio en Buenos Aires:
Si uno se queda en lo conflictivo de la coyuntura pierde el sentido de la unidad. El conflicto hay que asumirlo, hay que vivirlo, pero hay diversas maneras de asumir el conflicto. Una es la que hicieron el cura y el abogado frente al pobre hombre en el camino de Jerusalén a Jericó (Lucas 10, 31-32). Ver el conflicto y pegar la vuelta, obviarlo. Alguien que obvia el conflicto no puede ser ciudadano, porque no lo asume, no le da vida. Es habitante, que se lava las manos de los conflictos cotidianos. La segunda es meterse en el conflicto y quedar aprisionado. Entonces la contribución al bien común se daría sólo desde el conflicto, encerrado en él, sin horizonte, sin camino hacia la unidad. Ahí nace el anarquismo o esa actitud de proyectar en lo institucional las propias confusiones. La tercera es meterse en el conflicto, sufrir el conflicto, resolverlo y transformarlo en el eslabón de una cadena, en un proceso.6
Crítica al segundo principio-postulado:
Nuevamente su exégesis se carga de subjetivismo. El “cura” que no es cura, sino un extinto sacerdote de sus amigos judíos. El "abogado" que no es abogado, sino un levita también de la extinta casta de sus amigos judíos, quienes se dedicaban al cuidado del templo. Tanto uno como otro no es que eviten el conflicto. El conflicto ya concluyó y fue el robo y la golpiza ejecutada sobre el pobre y solitario viajero. Lo que evitan estos dos personajes de la extinta casta de sus amiguitos judíos, son las consecuencias del conflicto, y lo hacen pues no se compadecen de un hombre caído en desgracia, y actúan por soberbia; pues para ellos no es un prójimo. Lo hacen por desprecio.
Pienso que este principio-postulado, no está bien explicitado. Adolece del realismo que él predica. Todo conflicto es un combate, con armas, con leyes, con palabras, con acciones. El conflicto tiene tres salidas, la destrucción de su enemigo, la derrota de su adversario o como alternativa a todo esto puede darse una paz transitoria.
Este combate se rige por las leyes de la guerra, ergo la unidad se da en la estrategia, la cual se aplica con la táctica en cada espacio concreto. Bergoglio, como buen porteño, se pone a enseñar, aquello que ignora olímpicamente.
3. Tercera idea: Dice Bergoglio en Buenos Aires:
La realidad es. La idea se elabora, se induce. Es instrumental en función de la comprensión, captación y conducción de la realidad. Ha de haber un diálogo entre ambas: entre la realidad y la explicitación que hago de esa realidad. Eso constituye otra tensión bipolar, y se contrapone a la autonomía de la idea y de la palabra sobre la realidad, donde la idea es lo que manda, ahí se dan los idealismos y los nominalismos. Los nominalismos no convocan nunca. A lo sumo clasifican, citan, definen, pero no convocan. Lo que convoca es la realidad iluminada por el razonamiento, por la idea, por la captación intuitiva por parte de ellos.
Aquí se plantea el problema de lo estético y la retórica. Fíjense que en la actividad del ciudadano estamos padeciendo, y esto no es sólo en el orden nacional sino también en el orden mundial, (me estoy refiriendo a fenómenos mundiales que inciden siempre en lo nacional, pero fenómenos mundiales) estamos padeciendo un deslizamiento de la acción socio-política desde la realidad expresada con ideas hacia lo estético, es decir hacia las ideas y los nominalismos. Entonces se vive en el reino de la imagen, de la sola palabra, del sofisma. Analicen en las convenciones internacionales o en lo cotidiano cómo el sofisma es en general el recurso de pensamiento que más se usa. Eso anula como ciudadano porque trampea, trampea la verdad porque no se ve la realidad explicitada con una idea.
Pero esto es tan viejo como el mundo. Platón, en el Georgias, hablando de los sofistas, que habían desplazado la reflexión de la realidad a través de la idea para llegar a una síntesis y la habían suplido por la estética y la retórica, dice esto: "la retórica es a la política lo que el gourmet al médico o la cosmética a la gimnasia” 7. La idea queda aprisionada por el sofisma en vez de recurrir a la persuasión. Se trata entonces de seducir en vez de persuadir. Seduciendo perdemos nuestro aporte como ciudadanos. Persuadiendo confrontamos ideas, pulimos las aristas y progresamos juntos.
Sin embargo, entre realidad e idea: ¿qué está primero? La realidad. Por eso la realidad es superior a la idea. 8
Crítica al tercer principio-postulado:
Indudablemente, estamos hablando en términos políticos. Esta es una idea muy argentina, donde sus intelectuales más lúcidos se percataron que el liberalismo europeo se implantaba con golpes de martillo sobre una realidad argentina que lo rechazaba; pues la realidad argentina, exceptuando la porteña Buenos Aires, es la descendiente directa de la noble Castilla. En esto se destaca Arturo Jauretche, y toda una pléyade de intelectuales que equipararon a la ideología marxista en el mismo camino del liberalismo. Esta fue una de las bases y aciertos más fuertes del nacionalismo argentino, cuyo realismo, casi de tendencia aristotélica, entrará con fuerza en el peronismo.
Bergoglio, como peronista, si bien no como nacionalista, recoge la idea. Y decimos que no es un nacionalista, pues se ha revelado en sus viajes por Sudamérica como un indigenista bien colonizado, ignorando las bases de la antigua nobleza castellana.
Tomada la idea en este sentido, le doy la razón a Bergoglio, sobretodo después de experimentar el esperpento del trotskismo argentino, capitaneado por un eterno personaje de apellido judío, pero con un alias español.
Acontece que si Bergoglio pretende aplicar este esquema a la realidad de la doctrina católica, ya estaría haciendo todo lo opuesto a lo que enseña. Sus ideas son fruto acertado o erróneo de los hombres; la Doctrina Católica es de origen divino. Bergoglio pretende hacer encajar en la "Evangelii gaudium" una realidad divina en categorías humanas que tiene aciertos y errores, todo a golpes de martillo, tal como lo hace un desventurado trotskista.
4. Cuarta idea: Dice Bergoglio en Buenos Aires:
Como ciudadanos estamos sometidos también a la tensión bipolar entre globalización y localización. Hay que mirar lo global, porque siempre nos rescata de la mezquindad cotidiana, de la mezquindad casera. Cuando la casa ya no es hogar, sino que es encierro, calabozo, lo global nos va rescatando porque está en la misma línea de esa causa final que nos atraía hacia la plenitud. Al mismo tiempo, hay que asumir lo local, porque lo local tiene algo que lo global no tiene, que es ser levadura, enriquecer, poner en marcha mecanismos de subsidiaridad. Para ser ciudadano no hay que vivir ni en un universalismo globalizante ni en un localismo folklórico o anárquico. Ninguna de las dos cosas.
Ni la esfera global que anula, ni la parcialidad aislada que castra. Ninguna de las dos.
En la esfera global que anula, todos son iguales, cada punto es equidistante del centro de la esfera. No hay diferencia entre cada punto de la esfera. Esa globalización no la queremos, anula. Esa globalización no deja crecer. ¿Cuál es el modelo? ¿Recluirnos en lo local y cerramos a lo global? No, porque te vas al otro punto de la tensión bipolar. El modelo es el poliedro. El poliedro, que es la unión de todas las parcialidades que en la unidad conservan la originalidad de su parcialidad. Es, por ejemplo, la unión de los pueblos que, en el orden universal, conservan su peculiaridad como pueblo; es la unión de las personas en una sociedad que busca el bien común.
Un ciudadano que conserva su peculiaridad personal, su idea personal, pero unido a una comunidad, ya no se anula como en la esfera sino que conserva las diversas partes del poliedro. Esto es lo que fundamenta algo que dije al principio como característica fundamental de ser ciudadano que es la 'projimidad'. Al buscar en lo universal la unión de lo local y, a la vez, conservar la peculiaridad, construyo puentes y no abismos, construyo una cercanía movilizante. Hay que actuar en lo pequeño, lo próximo, pero con la perspectiva global, mediado por lo provincial, lo nacional, lo regional…. Esto lleva a un cuarto principio.
El "todo" del poliedro, no el "todo" esférico. Este (el esférico) no es superior a la parte, la anula. Para crecer como ciudadano he de elaborar, en la confluencia de las categorías lógicas de sociedad y míticas de pueblo, estos cuatro principios. El tiempo es superior al espacio, la unidad es superior al conflicto, la realidad es superior a la idea, y el todo es superior a la parte.9
Crítica al cuarto principio-postulado:
Continúa Bergoglio el discurso como un simple pensador político. Es indudable que ha asimilado las tesis del 'segundo' Perón, aquel que vino del exilio, amparado e iniciado en la Logia Propaganda due; donde en su última presidencia condecoró a Licio Gelli, “por los servicios prestados”.
LA ESTRATEGIA DE BERGOGLIO. – Exceptuando esta nefasta influencia, no entraré en detalles sobre lo que es evidente en el terreno político; pero recuerdo que quien habla era cardenal, y ahora con pretensiones a un papado universal. Esto nos lleva a pensar en su estrategia del conflicto: ¿Busca Bergoglio restablecer la supremacía papal en el mundo moderno? ¿Volvemos a los tiempos anteriores a Pío IX? ¿Volvemos a los Estados Pontificios con pretensiones de gobierno terrenal? Ideología tiene, espacio tiene, proceso tiene con esta Revolución Vaticana; ¿pero tendrá tiempo? Pregunta clave, sobretodo cuando las naciones caigan en la cuenta del molesto personaje que han puesto en escena, pues por donde pasa deja un reguero de rencores.
LAS REFLEXIONES DE SCALESE. – En este sentido aporta Scalese con acierto, el siguiente razonamiento:
El cristiano no es el hombre del "aut aut" [o...o], sino del "et et [y...y]". En este mundo hay – ¡debe haber! – espacio para todo: para el tiempo y para el espacio, para la unidad y para la diversidad, para la realidad y para las ideas, para el todo y para las partes. No se excluye nada, en caso contrario sufre el desequilibrio de la realidad, que puede llevar a conflictos devastadores. 10
Y cierra Scalese sus reflexiones con esta conclusión:
No se puede negar que la doctrina cristiana corre el riesgo de transformarse en ideología. Pero el mismo riesgo se sigue de cualquier otro principio, incluidos los cuatro postulados de "Evangelii gaudium"; con la diferencia que éstos son el resultado de una reflexión humana, mientras la doctrina católica se basa en una revelación divina.
Que no nos suceda hoy lo que le ocurrió a Marx, quien, mientras acusaba de ideología a los pensadores que lo precedieron, no se dio cuenta que estaba elaborando una de las ideologías más ruinosas de la historia.11
EL BERGOGLIO ARTISTA. – Decíamos el 3 de noviembre de 2013, sobre la ideología de Bergoglio:
La ideología actúa sobre la realidad como esta pintura del fascista Fortunato Depero, dentro del movimiento futurista. La realidad es violentamente formateada por la ideología, con sus formas cúbicas y proyectada desde la mente del pintor: el resultado no es otra cosa que el minimalismo de la realidad, la cual es simplificada, hasta el punto de ser otra realidad muy distinta de la existente. De allí nuestra pregunta crucial: ¿Qué pinta el artista, la realidad o su ideología sobre ella?
¿Qué pinta Bergoglio, la doctrina de la Iglesia o la ideología política, para iniciar un proceso de un papado no solo de tono absolutista, sino como un eje político del concierto mundial?

1http://chiesa.espresso.repubblica.it/articolo/1351301?sp=y
2Ibídem.
3Querculanus: http://querculanus.blogspot.com.ar/2016/05/i-postulati-di-papa-francesco.html
4Conferencia del Sr. Arzobispo en la XIII Jornada Arquidiocesana de Pastoral Social: Buenos Aires, 16 de octubre de 2010. Fuente: http://www.arzbaires.org.ar/inicio/homilias/homilias2010.htm#XIII_Jornada_Arquidiocesana_de_Pastoral_Social
5Ibídem.
6Ibídem.
7Cf. "GORGIAS O LA RETORICA" , Platón, edición Edimat, Madrid, España, 2003.T/P Francisco Márques, p. 69.
8Ibídem a Nota 4.
9Ibídem.
10Querculanus: http://querculanus.blogspot.com.ar/2016/05/i-postulati-di-papa-francesco.html
11 Ibídem.

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